EL
MEDICO INTERACTIVO
2 abril
2018
Hallan
el enlace entre dos proteínas clave del Alzheimer
La pérdida de memoria de la enfermedad
de Alzheimer se asocia con ovillos de la proteína cerebral conocida como tau y
no con las placas de beta amiloide.
Una paradoja de la enfermedad de Alzheimer es que las placas
de la proteína beta amiloide son el signo más
característico en el cerebro de la enfermedad neurodegenerativa mortal, pero
muchas personas mayores con este tipo de placas en sus cerebros no tienen demencia.
La pérdida de memoria de la enfermedad de Alzheimer en su
lugar se asocia con ovillos de una proteína cerebral diferente, conocida como
tau, que aparece años después de que se forman las placas por primera vez. El
vínculo entre amiloide y tau nunca ha sido del todo
claro, pero ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Washington en St. Louis, Estados Unidos, han
demostrado que las personas con más amiloide en sus
cerebros también producen más tau.
Los hallazgos, disponibles en la revista ‘Neuron’, podrían conducir a nuevos tratamientos para el
Alzheimer, basados en la producción de tau. “Creemos que este descubrimiento
conducirá a terapias más específicas dirigidas al proceso de la enfermedad”,
afirma el autor principal, Randall Bateman, profesor de Neurología en la
Universidad de Washington.
Hace años, los investigadores observaron que las personas
con la enfermedad de Alzheimer tienen altos niveles de tau en el líquido
cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula espinal. Tau –en la forma
enredada o no– normalmente se mantiene dentro de las
células, por lo que la presencia de la proteína en el fluido extracelular fue
sorprendente.
Como la enfermedad de Alzheimer causa la muerte generalizada
de las células cerebrales, los investigadores presumen que el exceso de tau en
el exterior de las células era un subproducto de neuronas moribundas que
liberaban sus proteínas al separarse y perecer. Pero también es posible que las
neuronas produzcan y liberen más tau durante la enfermedad. Con el fin de
encontrar la fuente del excedente de tau, Bateman y sus colegas decidieron
medir cómo se produce y elimina la tau de las células del cerebro humano.
La presencia de amiloide eleva la producción de tau
Junto con la coautora principal Celeste Karch,
profesora asistente de Psiquiatría, y los coautores Chihiro
Sato, profesor en Neurología, y Nicolas Barthélemy, investigador postdoctoral,
los científicos aplicaron una técnica conocida como Cinética de Etiquetado de
Isótopos Estable (SILK, por sus siglas en inglés). La técnica rastrea cómo de
rápido se sintetizan, liberan y eliminan las proteínas, y puede medir la
producción y la eliminación en modelos de neuronas en el laboratorio y también
directamente en personas en el sistema nervioso central humano.
Usando SILK, los investigadores encontraron que las
proteínas tau aparecían consistentemente después de un retraso de tres días en
las neuronas humanas en un plato de laboratorio. El momento sugiere que la
liberación de tau es un proceso activo, sin relación con las neuronas
moribundas. Además, al estudiar a 24 personas, algunas de las cuales exhibieron
placas de amiloide y síntomas leves de Alzheimer,
hallaron una correlación directa entre la cantidad de amiloide
en el cerebro de una persona y la cantidad de tau producida en el cerebro.
“Si una persona tiene síntomas de la enfermedad de Alzheimer
o no, si hay placas amiloides, hay una mayor
producción de esta tau soluble”, afirma Bateman, para quien los hallazgos son
un paso para entender cómo las dos proteínas clave en la enfermedad de
Alzheimer, amiloide y tau, interactúan entre sí.
“Sabíamos que las personas que tenían placas generalmente
presentaban niveles elevados de tau soluble –señala Bateman–.
Lo que no sabíamos era por qué. Esto explica el por qué: la presencia de amiloide aumenta la producción de tau”. Tau está
fuertemente relacionada con el daño cerebral, por lo que la sobreproducción de
la proteína podría ser un paso crítico en el desarrollo del Alzheimer, y la
reducción de la producción de tau puede ayudar a tratar la enfermedad, según
los autores.
“Estos hallazgos apuntan a una nueva vía terapéutica
importante –sentencia Karch–. Bloquear la producción
de tau podría considerarse un objetivo para el tratamiento de la enfermedad”.